NOU MESTALLA: NEGOCIO E ICONO URBANO.
21 junio, 2019
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NOU MESTALLA: NEGOCIO E ICONO URBANO.

 

Javier Domínguez Rodrigo.

Arquitecto.

 

La construcción del Nou Mestalla, diseñado por Reid Fenwick Asociados, nace -2006- vinculada al éxito de una gran actuación inmobiliaria con el suelo del primitivo coliseo junto a la avenida de Aragón.

 

La aciaga gestión del club y la crisis abortan el proyecto cuyas obras, que llevan diez años paralizadas, vislumbran el final del túnel bajo la ingeniosa fórmula cooperativa de ADU Mediterráneo, cuando se cumple un lustro de la venta accionarial al magnate empresarial Peter Lim.

 

En un mundo globalizado y en permanente evolución es obvio que un plan concebido hace más de una década resulta obsoleto y desfasado. De ahí la nueva propuesta de ordenación volumétrica para los terrenos de Mestalla.

 

La desafortunada planificación anterior todavía vigente, concebida con fines especulativos a golpe de incrementos edificatorios, no es que sea manifiestamente mejorable sino que tendría que replantearse con criterios urbanísticos, bioclimáticos, de sostenibilidad, paisajísticos, de calidad,…

 

Lástima que el propietario singapurés nacido en una de las metrópolis del top ten del urbanismo verde -Gardens by the Bay,…-, en la que se levantan rascacielos -Marina Bay Sand,…- con exigentes estándares medioambientales (cero emisiones respecto a su consumo energético,…), no apueste por enriquecer el sky line del cap i casal con eco-propuestas 5G más actuales.

 

También la arquitectura de los estadios ha cambiado notablemente y camina indecisa entre la función y el espectáculo. La consagración del futbol como fenómeno de masas y la pujanza del turismo deportivo hacen de los campos de juego auténticos motores económicos de los clubs y de las ciudades.

 

La acelerada ebullición constructora asociada a las grandes citas -Olimpiadas, Mundiales, Eurocopas, UEFA Champions League,…- suministra un formidable laboratorio de arquitecturas que exhiben el desmesurado poderío económico, político y mediático de sus organizadores.

 

Mientras los señores del ladrillo locales gestan aquí la operación Mestalla un aluvión tectónico de megaestructuras e iconos certifican simbólicamente el protagonismo de actores emergentes deslumbrando al mundo.

 

El extraordinario Nido de Pájaro -Pekín 2008- de los suizos Hergoz y de Meuron, autores del Allianz Arena -Munich 2005-, Wembley -Londres 2007- de Foster and Partners, Kaohsiung -Taiwan 2009- del japonés Toyo Ito, Stade Velodrome -Marsella 2012-,… ilustran la heterogénea nómina de los grandes templos del futbol en el siglo XXI.

Europa entera vive una mutación sin precedentes: Giuseppe Meazza -San Siro-, Old Trafford, Emirates, do Dragäo, Sant-Denis,… que alumbra una secuencia admirable de objetos canónicos como el Estadio municipal de Braga. Tallado en la ladera rocosa de una antigua cantera es una de las obras maestras del Pritzker Eduardo Souto de Moura.

 

Pronto la frenética competición por disponer de los mayores aforos de público se subordina a la carrera por las millonarias audiencias televisivas. El medio físico se supedita a la realidad virtual, mientras surgen demandas inéditas de seguridad, confort, ocio, conectividad, marketing, servicios, imagen,… dando lugar a novedosas tipologías.

 

Se dispara la fiebre modernizadora entre los grandes equipos: Real Madrid, Liverpool, Inter, Roma, Anderlecht, Feyenoord, Barça,… que plantean costosas remodelaciones. La recién inaugurada del Tottenham supera los mil millones de euros, la del Wanda Metropolitano los trescientos y el futuro Santiago Bernabeu tiene un coste tasado de casi seiscientos.

 

Los viejos estadios dan lugar a modernas infraestructuras concebidas a caballo entre gigantescos escenarios multiusos, espacios museográficos y una metafórica especie de pequeños parques temáticos al mejor estilo Disney.

 

Pero sobre todo son auténticas joyas que, como excepcionales objetos de culto, se visten de futuristas pieles fabricadas con materiales de ensueño -mallas metálicas, cáscaras de vidrio, burbujas de colores,..-. Además, se dotan de originales cubiertas retráctiles y de las últimas innovaciones en cuanto a programas funcionales, eficiencia energética, reciclaje, acústica, captación solar, jardinería, nuevas tecnologías, sistemas de control medioambiental,…

 

Ni por presupuesto, ni por palmarés, ni por estructura societaria el Valencia CF puede pretender hoy las ambiciosas inversiones patrimoniales de blancos y culés, pero sería absurdo no cuestionarse la vigencia y viabilidad de un proyecto de hace quince años y plagado de errores iniciáticos (de concepto, financiación, diseño, negocio,…).

 

Equipos más modestos, como el Athletic, han sabido enfrentarse con éxito a situaciones adversas similares. Las elegantes instalaciones de San Mamés sobre la ría de Bilbao simbolizan la excelencia en la gestión: ejecución por fases, incorporación de contenidos (módulos de atletismo, medicina deportiva,…).

 

Los desafíos y problemas a los que se enfrenta el VCF son complejos, máxime en un contexto de profundo cambio en el que, parodiando a Zygmunt Bauman, nada es ya sólido sino líquido e incierto.

 

Encontrar respuestas, alcanzar soluciones y redefinir el proyecto exige redirigir el rumbo, planteando un debate abierto a la ciudadanía, participativo y transversal. En definitiva, armando un Plan Estratégico para la entidad que genere riqueza y potencie el desarrollo cultural y social de la capital.

 

El nuevo coliseo che tiene que aunar un diseño vanguardista con un bussiness plan que permita incrementar notablemente los ingresos del club. El Valencia CF debe aspirar a construir un referente de la arquitectura y del deporte. En suma, un potente icono urbano e internacional.

 

 

 

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