LA CERÁMICA COSMOÍSTA DE NASSIO.
28 junio, 2016
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LA CERÁMICA COSMOÍSTA DE NASSIO.

 

Javier Domínguez Rodrigo.

Arquitecto.

 

La historia contemporánea de la plástica valenciana encuentra en la obra de Nassio a uno de sus creadores más sólidos y fecundos. Este maestro indiscutible de la forma es un auténtico alquimista de la materia y sobre todo un formidable escultor que funde tradición y modernidad en unos murales cargados de cromatismo e intensidad: altar mayor de la Iglesia de San Nicolás (Gandía), fachada de la Escuela Infantil de la “Casa de la Caridad” (Torrente),…

 

El padre del Cosmoísmo, en un mundo en el que impera la falsificación mimética y la réplica fácil, lleva toda una vida en búsqueda del Grial de la abstracción y la originalidad.

 

Valencia tiene la inmensa fortuna de disfrutar de una amplia muestra -mosaicos, bustos, monumentos, …- de este artista universal con el que el barro cobra vida al fusionarse con los cuatro elementos fuego, tierra, agua y aire con que los filósofos presocráticos explican los ingredientes constitutivos de la naturaleza.

 

Nassio reinterpreta el mosaico clásico perfeccionando los collage a base de trencadís de Antoni Gaudí, revistiendo y tapizando todo tipo de epidermis para transformarlas en auténticas piezas de orfebrería narrativa.

 

El mosaico como corteza vegetal, traje o segunda piel que Gaudí concibe para el Parque Güell y la Casa Batlló, brinda a Nassio un amplio abanico de alternativas constructivas -multiestratificación, desmaterialización,…- y simbólicas –Cosmoísmo,…-. Lo táctil se hace magistralmente presente en la piel con sus relieves, detalles, texturas, llagas e imperfecciones.

 

Sin embargo, muchas de esas joyas, testimonio de la idílica relación entre arquitectura y cerámica, incluso cuando el racionalismo y la industrialización cuestionan las prácticas artesanales, son desconocidas para el gran público.

 

Pocos valencianos e incluso antiguos alumnos de El Pilar, saben que la venerable imagen de la Virgen del Colegio es obra de Nassio. Como tampoco son conscientes los transeúntes y turistas que recorren la plaza del Ayuntamiento de que en el vestíbulo del nº 19 se encuentra uno de los mejores paisajes murarios con caligrafía onírica del cap i casal.

 

Porque “Voladura Extraterrestre” (1971) es uno de los trabajos cerámicos más solvente, pulcro, claro y pedagógico de Nassio, con el que exhibe tanto una madura erudición estética como una maestría para revisar los códigos gestálticos sintetizando el frágil cosmos perceptivo que surge autosuficiente con las nuevas tecnologías.

 

El mural pone el acento en las dimensiones constructiva y onírica aperturando privilegiados puntos de vista sobre la instrumentalización de la arquitectura moderna y la vocación experimentalista del arte de vanguardia.

 

El lienzo de unos sesenta metros cuadrados, realizado en los talleres de Manuel Real Alarcón, gesta una superficie estructurada a base de círculos cromáticos que se diluyen en un espacio multicolor en el que levitan criaturas voladoras que extienden sus brazos hacia el infinito.

 

La materialidad y la composición recuerdan sus experiencias iniciáticas -relieves, cristalización de extensiones uniformes, alternancia de tamaños,…- en el Student Center and Residence Hall del Mercy College  de Chicago (1964).

 

El soporte físico de más de veinte metros de longitud se ondula para evocar el dinamismo expansivo de las galaxias. Su principal argumento se focaliza hacia los orígenes ex nihilo del universo, en el que varios seres voladores son los héroes de la escena en alusión al mito griego de Icaro.

 

El mural inquietante, preciso y hermoso rememora las formas circulares cósmicas –Ritmo, La alegría de vivir,…- de Robert Delaunay, la abstracción lírica de Paul Klee y Vasili Kandinsky,… E irradia la armonía platónica como manifestación mutante de la perfección divina.

 

Nassio hace de lo sagrado una experiencia primordial dando forma al misticismo, a lo transcendente y demostrando una enorme capacidad de síntesis entre las diferentes culturas y religiones que lo acercan al cristianismo cósmico del historiador y ensayista rumano Mircea Eliade.

 

Asume la visión gnoseológica del mito como instrumento para percibir lo sagrado, lo que le va a ayudar a comprobar los valores y tendencias de los movimientos surgidos de la contracultura en los años sesenta.

 

Técnicamente excelente, color, cuerpos flotantes y texturas glosan un espectáculo grandioso cuya expresividad se implementa retroiluminando los grandes discos solares conjurando una red de energía gracias a la sucesión en cadena de ancestrales espejos cósmicos.

 

La idea de levitación mística, considerada como un fenómeno sobrenatural, provee de abundantes recursos en los que indagar (el elixir de la vida,…) plasmando sugerentes ambientes que desafían las leyes gravitatorias abriéndose a las órbitas interplanetarias de la mecánica relativista.

 

Los múltiples registros expresivos de quien fuera uno de los fundadores del Grupo Parpalló merecen ser conocidos  y disfrutados por sus paisanos. Pero sobre todo, deberían ser protegidos y preservados para que las futuras generaciones puedan seguir deleitándose con las creaciones nacidas con pasión, pulcritud y elegancia de la mano de Nassio.

 

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