PENSAR LA CIUDAD
12 abril, 2015
0

El próximo 24 de mayo los valencianos están llamados a las urnas para designar una nueva corporación democrática que releve a la presidida por la popular Rita Barberá Nollá que desempeña ininterrumpidamente su cargo desde el 5 de julio de 1991 aspirando a la reelección.

Como privilegiada inquilina de la Casa Consistorial Barberá ha convertido el gran balcón ceremonial proyectado en 1967 por el arquitecto José Luis Téstor Gómez en un excepcional palco de la vida política, cultural y social del cap i casal.

L2-12-AHMV            Mucho han cambiado la capital y sus estructuras organizativas a lo largo de su dilatada y fecunda historia. Tras la entrada triunfal del rey Jaime I en la Balansinya taifal el gobierno de la ciudad recae en els jurats, instaurándose un sistema de inspiración romanista que consolida la concentración del poder ejecutivo local en una reducida élite que exhibe su autoridad dotándose de suntuosas y representativas residencias.

La institución municipal dispone de sede propia desde 1239 y aquella primigenia Casa de la Ciudad o Sala del Consell, permanece en el recuerdo gráfico de la cartografía histórica (Tosca, Mancelli,…) y en las escasas piezas que sobreviven a su derribo, como el soberbio alfarje gótico del maestro Joan del Poyo, que tras ser desmontado luce en la sala dorada del Consulado del Mar de la Lonja.

La galería de alcaldes presenta una extensa nómina de brillantes personajes que con su visión y liderazgo fueron decisivos para afrontar con éxito los enormes desafíos a los que se enfrentaron. Porque Valencia no sería la misma sin la generosa contribución del financiero y empresario José Campo Pérez-Arpa y Vela, Marqués de Campo o del médico neurólogo José Sanchis Bergón, entre otros muchos.

Al primero, fundador del primer ferrocarril valenciano (1852) y de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia (1878) se deben la reforma del puerto e importantes mejoras urbanas como el adoquinado de las principales calles o la introducción del alumbrado a gas y de la red de agua potable.

El segundo, alumno en París de Jean-Martin Charcot, precursor de la psicopatología, impulsa en España la Organización Médica Colegial de la que es presidente. Bergón es un acérrimo defensor del regeneracionismo frente a la corrupción y transforma la sanidad e higiene públicas. Su imagen colocando la primera piedra del nuevo Ayuntamiento es recogida en la edición de Las Provincias del 6 de junio de 1906.

Gracias a ellos la polis que inaugura el siglo XX deja de ser sólo un espacio físico revitalizándose como construcción política -Aristóteles-, en suma con un singular escenario del hecho social, que necesita ser pensado constantemente para prever mejor su evolución y su futuro.

Porque el complejo proceso de formación de la actual metrópoli explica la riqueza polifónica de su paisaje urbano, confirmando el acierto de una reflexión estratégica, integral y vertebradora del territorio.

No en vano el fin del franquismo supone el ocaso del planeamiento desarrollista, propiciando la recuperación de la Dehesa del Saler y la realización del Jardín del Turia, un gigantesco parque-pulmón verde de más de 100 ha.

Su consecución fue un excepcional logro de toda la ciudadanía que supo defender pacíficamente y unida un bien común. Y a ello contribuyeron muchos urbanistas valencianos entre los que cabe destacar por su entrega y tesón al colectivo Vetges tu i Mediterrània.

Aunque el gran legado de la etapa socialista es la profunda revisión teórica de los postulados tecnocráticos (Alomar,…) devolviendo el protagonismo a la arquitectura en línea con el pensamiento estructuralista de Aldo Rossi.

También los populares pueden exhibir un abultado portfolio con los logros de su gestión: recuperación de la dársena (America’s Cup,…), construcción de grandes infraestructuras como el Palacio de Congresos, el AVE, la Ciudad de las Artes y las Ciencias,…

Pero en la inminente campaña el debate, esta vez más abierto y plural (Ciudadanos, Podemos,…), precisaría centrarse en propuestas y programas ante la imperiosa necesidad de cambios (gobernanza,…) y los enormes retos a los que la ciudad se enfrenta.

Urge fortalecer el liderazgo metropolitano, reduciendo el tamaño de la administración, eliminando disfunciones, duplicidades y racionalizar el uso de los equipamientos deportivos, escolares,…

El área metropolitana -la Gran Valencia- debe inspirar un nuevo modelo más transparente, sostenible y solidario, promoviendo planes de rehabilitación medioambiental, facilitando la actividad económica (business friendly), captando clusters internacionales afines a sus sectores productivos,…

Valencia precisa además reconstruir su famélico ecosistema científico (Centro Príncipe Felipe,…) apoyándose en las fortalezas de sus universidades (Agenda de Lisboa) que han de privilegiar la innovación, la creatividad y la excelencia.

En resumen, la arquitectura debe buscar y cimentar respuestas que faciliten ese camino, colaborando a la recuperación de una ciudad dinámica, influyente, productiva y dotada de una identidad cosmopolita.

Utilizamos cookies propias y de terceros para garantizar que tenga la mejor experiencia en nuestro sitio web. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso.
Más sobre nuestros cookies